viernes, 5 de octubre de 2012

Masaje IV. Completo


Si quieres empezar por el principio, ve a aquí: http://erodisea.blogspot.com.es/2012/03/el-masaje.html

 Las fotos han sido enviadas por Belkis, siempre tan amable





Nos levantamos del sofá, pues, y nos vamos al dormitorio de invitados, que ella conocía muy bien, y estos días ocupaba yo.
Me entretengo un minuto recogiendo algunas cosas, y cuando llego, veo su espalda ya completamente descubierta, y el vestido saliendo por su cabeza.  El sostén salía junto con el vestido, y las bragas a continuación. A continuación, se tumba ya desnuda boca abajo en la cama. Pienso: ¡Qué rapidez! Bueno, mejor así, porque si me hubiese pedido ayuda para soltar o quitar alguna prenda, es más que probable que se hubieran precipitado las cosas, y aplazado el masaje.
Tranquilamente, busco el bote de aceite, vierto un poco en mis manos, froto una
contra otra con el aceite en medio para calentarlo, y empiezo a extenderlo por sus pies y piernas. Repito la operación, tomo más aceite, lo atempero entre mis palmas, y con firmeza y pasadas largas voy  subiendo por su cuerpo. Aparta la abundante y espesa melena azabache para permitirme llegar hasta sus hombros.
El aroma a jazmín, madreselva, lavanda... va llenando la estancia  y endulzando el ambiente. Sigo con pasadas largas y rápidas sobre su piel, para calentarla, abrir sus poros, permeabilizándola para que se empape de aceite, y preprarando así los músculos para recibir el masaje.

Una vez tonificada la piel, tomo ambos pies con mis manos (derecha - derecho; izquierda - izquierdo) y comienzo a amasar: El pulgar sobre las plantas, los otros dedos en el empeine. Lenta pero profundamente en la planta; más ligero en el empeine. Bajo a sus dedos. Los amaso de forma simétrica. Primero los dos gordos a la vez, uno con cada mano, luego el siguiente, el otro, hasta el chiquitito, en el que me entretengo un poco, y regreso en sentido inverso, uno a uno, incluido los intersticios entre ellos, así hasta llegar de nuevo al gordo, sin prisas, sin dejar ni un milímetro de piel. Otra vez las plantas, un poco más lento que antes, y un poco más profundo. Los tobillos, los talones. Los rodeo e hidrato bien. Pantorrillas. Subo presionando por atrás los gemelos, bajo ligero por sus laterales, para facilitar la circulación  venosa de retorno, una y otra vez. Las corvas. Suavemente,s ólo los pulgares moviéndose en círculos- la derecha en sentido de la agujas del reloj, la izquierda al contrario. Los muslos, al igual que antes las pantorrillas, ambos simultáneamente, fuerte con la palma por detrás y el pulgar en el interior hacia arriba hasta el borde de las nalgas, suave el pulgar detrás y dedos por fuera hacia abajo, varias veces hasta las rodillas, y luego una larga, de nuevo a los tobillos, y otra vez hasta arriba, pero ahora con los pulgares por el interior. Al  subir muslos arriba, sus piernas se abren para facilitar el deslizamiento de mis manos;  hasta que al llegar a la ingle, tan franco estaba el paso, que lucía, gloriosos entre esos muslos, una concha cerradada y  peladita, peladita. La bordeo y subo por las nalgas,  de nuevo los pulgares por el  borde interior de las pompis, abriéndolas y  acercándose, aunque  sin rozar el violáceo círculo que ahora queda a la vista entre ellas; amaso los panes redondos de sus nalgas como un panadero experto amasa dos hogazas a la vez, una con cada mano. Subo espalda arriba, cada pulgar por un lado de la columna vertebral, abarcando ambos músculos en amplios círculos, desde el centro de la espalda hasta los costados. Al frotar el aceite incrementando más aún su temperatura, aumentan también la cantidad y matices de los aromas que desprende. Llego a los hombros, amasándolos con firmeza, desde el brazo al cuello y viceversa, desde el omóplato a la clavícula . Su piel ungida se desliza muy suavemente bajo mis manos, por lo que puedo apretar un poco más cada vez. Veo el perfil izquierdo de su cara, relajado y con los ojos cerrados. Sus labios tan apetitosos, unidos, pues hasta los mmmmmhhhh eran nasales. Tomo más aceite en mis manos. Vuelvo a ponerlas en sus hombros, y bajo por ambos brazos, dejando un rastro embriagador. Llego a sus manos, entrelazo mis dedos con los suyos, los apreta. Con ese apretón de mis manos entre las suyas lo ha dicho todo. Le sientan bien mis atenciones, le gusta. Mi autoestima, maltratada durante tato tiempo, ha renacido hoy gracias a un encuentro fortuito, a la confianza que ha puesto en mí, y al reconocimiento que me transmite con ese prender mis dedos con los suyos.
Vierto más aceite,mucho,  sobre su espalda, siguiendo la línea dorsal de abajo arriba. Lo extiendo hasta cubrir toda su espalda, y me tumbo sobre ella. Tomo de nuevo sus manos con las mías, mis brazos sobre los suyos, mi pecho en su espalda, mis piernas sobre las suyas, empapándome así yo también de ese aceite de la vida tomado de su piel. Y mi sexo...  pues evidentemente, sobre su culo, aunque sin aceite, pues aún está enfundado en su prenda. Alcanzo con dificultad sus labios, que por primera vez rozo con los míos. Suelto sus manos, y me retiro hacia atrás, con la boca muy cerca de su piel, soplando, con los labios muy juntos, aire muy frío a lo largo de su columna, desde arriba hasta abajo . Los pulgares siguen a mi boca, aplicando de nuevo aceite, contrarrestando así rápidamente la sensación de frío anterior.
aceite2.jpgLlego con mi boca a la altura de las nalgas, que separo con ambas manos, para seguir soplando por su centro.  Sus caderas se arquean, elculo sube, para poner  mi disposición sus otros labios. Al llegar a ellos, abro mi boca y sigo exalando, pero ahora mi cálido y húmedo aliento sobre ellos, que esponjosos, se abren para recibir mi calor. Caigo entonces en que estoy a punto de comerme su cuca, sin haber besado sus labios.
- ¿Y si después no le gusta el sabor de su sexo en mis labios? Pienso -Hay mujeres a las que les  desagrada el olor de su sexo, y no les gusta besarte después de un cuni-

Desando entonces el camino andado, vuelvo a subir soplando finamente al paso de mi boca, para adelantar una pizca del estremecimiento glorioso que puede subir en breve, pero esta vez más rápido. Noto como se eriza toda su piel, por lo que cubro de nuevo su cuerpo con el mío, compartiendo de nuevo el aceite que nos une y emborracha. LLego de nuevo hasta sus labios con los míos, y sólo entonces me bajo de su espalda para tumbarme  su lado. Se gira para quedar frente a frente, nos fundimos en un abrazo, y mi pecho se restrega con el suyo (los suyos), devolviéndole el aceite que tomó prestado de su espalda. Al mismo tiempo, nuestras bocas se buscan  y nos devoramos como si hubiéramos estado esperándonos desde que nos conocimos. Besos profundos, ningún rincón de nuestras bocas quedó por explorar; besos largos, largos, sin interrupción estaba acostumbrado a que me cortaran los besos, expulsándome de la boca,  ella sólo cambiaba sus labios (Ahhhhh.... por fin, sus labios) y su lengua de sitio, pero en ningún momento dejaron de tener contacto con los míos. Saboreo el elixir que emana esta fuente de jade, que me revitaliza y fortalece, como mágica pócima del más sabio druida.
Mientras, nuestras manos acariciaban cuánta piel del otro son capaces de alcanzar.
Sus caderas, muslos, costados, pechos, sus gloriosos pechos. Que los tenía enormes, era evidente en público, pues semejante  tamaño era imposible de disimular, pero además eran muy, muyyyy sensibles. Los tomé con mis manos, acerqué mi boca, paseé mis labios por las areolas, grandes incluso para su talla, primero una, luego la otra, sin detenerme aún en los pezones, que  asomándose me llamaban. Acaricia mi pelo, amaso su spechos uno contra otro, y ahora sí, tomo alternadamente sus pezones en mis labios, suave, suavemente, para ir apretando un poco más en cada cambio. Bajo besando su cálido vientre, su acogedor ombligo, embadurnando mis labios de aceite ardiente, sus ingles, sus muslos, entre los que me coloco, besando uno, otro, uno, otro, que se van abriendo de nuevo para ofrecerme el manjar más exquisito de su cuerpo. Mis labios se acercan poco a poco, vuelvo a acariciar con mi aliento, cada vez desde más cerca, hasta rozar sus labios íntimos con los míos. La ausencia de vellos me permite recorrerlos en un susuro, acariciándolos como una pluma,  de abajo arriba.  Se abren y yo acepto la ofrenda y beso lo que se me brinda, despacio, sólo con mis labios, de seda por el aceite que los cubre, recogido a lo largo de su cuerpo. Sorbo con mis labios  la miel que me regala su vulva,  y llego así al vértice de su sexo,  aún refugiado en su nido, que beso suavemente, humedeciéndolo con el interior de mis labios. Agradecido, descubre la perla que cobija dentro, que tomo delicadamente con lo más tierno de mis labios. Al rodear esta joya  para besarla, queda en el interior  atrapada  entre ellos, que a su vez llegan así abiertos a besar el sexo que lo alberga. Me desprendo del botón que me hechiza, y bajando con mi lengua marco el centro de arriba abajo, hasta encontrar la cueva por la  que me adentro. Mis dedos juegan untuosos en el agujerito de atrás, rodeándolo y llamando en el mismo centro con la yema de mi meñique, con toques cortos y rápidos.

Mi dedo corazón llega al hueco ocupado por la lengua, que le cede su abrigo, y llegando más adentro. Sube de nuevo mi boca labios arriba,  esta vez succionando sus labios al tiempo que la lengua presiona un poco más el centro, hasta llegar de nuevo a la cima. En el mismo instante que mis labios toman de nuevo el punto mágico, mi dedo se introduce hasta el fondo de su vaina despacio, pero firmemente, curvándose sus falanges al llegar al fondo, y salir así, para volver a empezar.
Con la pipi entre mis labios, saco la lengua para un contacto más fuerte, hasta acompasar lengua y dedo, de tal forma que cuando uno se relajaba, el otro apremiaba,  y viceversa, sintiendo cómo su cuerpo está se ha acompasado tan bien al ritmo, que más que contonear, seserpentea para sentir cada caricia, cada beso, cada lengüetazo. Su pelvis empieza a acelerarse, virando sus contorsiones hasta un  movimiento exclusivamente vertical. cuni.jpg

Acompaso mis movimientos a los suyos, siguiendo lo dictado por la sincronía que hemos llegado a establecer en tan sólo un momento de contacto físico. De tal forma que, en una de las salidas del dedo corazón de su interir,  mi anular le acompaña esta vez al interior, moviéndose en el mismo con vida propia, cada uno por un lado, abarcando así cada terminación nerviosa, una y otra vez.  Mientras, la lengua actúa por sí misma, de nuevo a unísono, las caderas suben y bajan ahora con fuerza, su respiración se entrecorta, por momentos se detiene,  arriba para reanudar con suspiros cortos y cada vez más frecuentes HAh........, HAh......... Hah,..  . Ah.:: Ah... .

Mi mano libre busca su pecho, de nuevo paseo mis dedos por su areola, atrapo el pezón entre mis yemas. Son tres instrumentos pues los que ahora simultáneamente interpretan esta lúbrica sinfonía con y sobre su cuerpo. Toma con sus manos mi cabeza, sin forzar, sólo para indicarme el ritmo, que va in crescendo, desde el adagio al allegro luego al vivace, de allí al presto, prestíiiiiiiiiiisimo...................., explotando en un volcán  que  expulsa mis dedos de su interior, para de un golpe devorarlos de nuevo. AAaaaaaaaaaaaaaaHHHHHHHHHHHH,   AAAAAaaaaHHHhhhhhh, AAAAAaaaaaHhhhhhhhhh, AAaaahhhhhhh, Aaaaaaahhh....
Sólo detengo mis dedos y separo mis labios cuándo noto que el contacto ya no le es tan agradable  al punto dónde en segundos han convergido todos los nervios de su cuerpo, para transmitir como un rayo esa  explosión a  cada una de sus células.
Trepo por la cama, y llego de nuevo ante ella, que me recibe con el beso más tierno, más húmedo  (en esto yo aportaba lo mío, es decir, lo suyo). De nuevo un beso largo, laaaaaargo, profundo, , solo nuestros labios y nuestras lenguas se hablan sin separarse un segundo. Nos abrazamos sin apenas movernos esta vez, no podríamos, el aceite ha fundido nuestras pieles una con otra.

Nada me debía por el masaje, pues yo lo había ofrecido para tonificar su cuerpo y sin contraprestaciones.

Ahora bien, con  este beso en el que se fundían miles de besos, este abrazo cálido sellaba la complicidad alcanzada en tan corto espacio de tiempo, me daba por generosamente re-compensado.

Este beso sellaba la recuperación de mi autoestima, recién renacida. Por fin alguien apreciaba el cariño que podía dar, el bienestar y la felicidad que podía transmitir.


Dedicado a M, de quién tan grato recuerdo guardo.
Y a M, con todo el cariño. Recuerda: Mientras lo sueñes, es posible. 

Gracias amable lector/a, por acercarte hasta aquí a leerme, a pesar de mis ausencias. 
Si observas en este u otro texto de este blog alguna falta, te agradezco me lo hagas saber para corregirlo.


 


12 comentarios:

  1. ya lo he leído pero volveré a leerlo de nuevo y comentarte porque tengo muchas cosas que decir.

    aunque me gustaría preguntarte, ¿tienes alguna horita libre?

    ;-)

    biquiños,

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    1. ???????
      Aldabra, que nos están viendo!!!

      Gracias por el halago y el guiño.
      Bicos

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Leyéndote me han entrado ganas de un buen masaje...completo.
    He dado y me han dado masajes.
    Ahora los frascos de aceites y las velas duermen el sueño de los justos. Pero no caducan ¿no?
    Muchos besos, Vlixes. Y sigue ejercitando esos dedos hummmm

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    1. No caducan, no. De sobra lo sé.
      También se pueden usar en solitario.
      Los dedos, y otros músculos, procuro tenerlos siempre a punto...
      por si acaso
      Un abrazo

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  4. Es curioso, me resulta tremendamente curioso, que para recuperar la autoestima que alguien nos ha robado tengamos que ofrecer tanto.
    Una sesión de masaje bestial, maravillosa.
    Opino como Aldabra: tienes un ratito libre? jejeje. Yo pongo las velas y los aceites, y además, te doy un masaje a ti después....que hay que dar, pero también recibir.
    En cuanto a lo de que algo sea posible mientras lo sueñes.....discrepo. Pero sin más, no lo discutiré que ha quedado un final muy feliz y dulce.

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    1. bueno, bueno, de verdad que me hacéis sentir en una nube. Interesante propuesta, tomo nota. Velas, aceites,y... mmmhh!!! recibir yo también uno! ¿estrujando esas uvas en mi piel?
      Muy, pero que muy tentador.
      Gracias, Belkis por venir por aquí a pesar de la discrepancia.
      Un abrazo

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  5. Es un relato muy muy erótico que consigue hacer sentir, al igual que siente la protagonista, ese efecto desesperante de: Por favor, que llegue ya. Yo no sé si habría aguantado tan bien la espera; la sumisión, la rendición total, no es lo mío, me gusta más manejar las situaciones, porque hace que me sienta más segura.

    Por otro lado, el masaje me resulta muy gratificante ya que adoro los masajes en la vida real, incluso los terapéuticos en los que te hacen incluso daño. Por desgracia acudo bastante al masjista/fisio ya que sufro muchas contracturas, debido a las posturas de mi profesión (muchas horas delante del ordenador).

    Este verano, en Valencia, fui a que me dieran un masaje con cañas de bambú... ¡que delicioso!, si tuviera dinero iría todas las semanas, de verdad.

    Seguimos.

    "Vierto más aceite,mucho, sobre su espalda, siguiendo la línea dorsal de abajo arriba. Lo extiendo hasta cubrir toda su espalda, y me tumbo sobre ella." En este punto, el relato es como si diese un salto, y se convierte en algo más íntimo, al leerlo siento como si los dos protagonistas diesen un paso más,sobre todo él, es como un nuevo acercamiento, más emocional que carnal, no sé si entiendes lo que quiero decir. No sé, al leer esta frase por primera vez sentí un respingo, y no por el erotismo implícito, fue por la comunicón de los cuerpos.

    "Este beso sellaba la recuperación de mi autoestima, recién renacida. Por fin alguien apreciaba el cariño que podía dar, el bienestar y la felicidad que podía transmitir."

    Varios detalles que se han ido dando en los relatos anteriores y sobre todo por este último, pienso que el protagonista, el más importante (que para mi es claramente el personaje masculino), es un hombre que ha sufrido mucho en el amor. Alguien le hizo pensar en algún momento que no sabía dar amor y el hecho de encontrar ahora una mujer tan receptiva y que responda a sus caricias y halagos, lo llevan a pensar que, después de todo, no está nada perdido.

    Todo el relato está muy bien pero...

    Se me hace raro pensar que no haya penetración porque para mí ese sería el momentazo final perfecto, tanto para ella, como para él. Para mi, esa es la verdadera rendición.

    Se me hace raro que él se conforme solamente con el placer de la mujer. Que desde luego, lo entiendo, claro que sí. A veces se goza más ofreciendo que recibiendo pero no sé... Digamos que el tono del relatoincita a pensar que el completo será TOTALMENTE completo :-(

    En fin, quiero pensar que después de esa primera toma de contacto con tacto, sean los propios cuerpos los que se pongan en marcha, que sean más primitivos y menos comedidos.

    Es decir, para que el hombre quede totalmente recuperado en su autoestima, debe comprobar si todo funciona correctamente.

    Y otra cosa, un hombre que es capaz de hacer por una mujer, lo que escribes en tu relato, no debe tener ninguna duda acerca de su capacidad, porque sabe muy bien como tiene que amar a una mujer.

    biquiños aceitosos,

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    1. Gracias, Aldabra por tan minuciosos y cariñoso análisis.
      1.La sumisión, la rendición total: no es tal, si no: Me pongo en tus manos, confío plenamente en tí. De ahí el renacimiento de mi autoestima.
      2. Los masajes son estupendos, siempre, siempre. He llegado a sentirme mal por encontrarme tan bien bajo las manos de alguien a quién había pagado para ello (y no era sensusal)
      3.Más emocional... He tenido que volver a leer mipropio texto. Tienes razón.
      4. Gracias por tu comprensión. "pensó que no sabía dar amor" no sé si leíste esto antes o después de "ero-procr...", pero veo que lo has hecho, y habrás visto por tanto que es cierto.
      y 5. Ya no tengo duda de mi capacidad, no.
      Abrazos resbalosos

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  6. En los masajes, los dedos hablan... y la piel escucha...

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    1. ... Y le contesta, indicándo por dónde deben seguir
      Un abrazo

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  7. ¿Sabes cómo resumiría este escrito? SENXUALIDAD. Lo demás, carece de explicación que no de sentido y sentidos, de percepciones y resurgimientos íntimos...
    Besos de Pecado.

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